La empresa austriaca Wienerberger comercializa unos ladrillos que pesan un 60% menos que los tradicionales y ofrecen un gran aislamiento.
La industria de la construcción está en permanente evolución. Miles de empresas en todo el mundo, España incluida, apuestan por la innovación para mejorar aspectos cruciales como el asilamiento de las viviendas. Es algo fundamental para seguir avanzando en soluciones bioclimáticas, no sólo por cuestiones ecológicas o medioambientales sino también por motivos económicos. Y con más razón aún en momentos en los que el precio de la energía sigue siendo inasumible para muchas familias tanto en invierno con la calefacción, como en verano con el aire acondicionado.
Una vivienda bien aislada puede suponer una reducción de hasta un 60% en las facturas del gas y la luz, y para ello existen desde esferas de plástico reciclado que además permiten ahorrar en hormigón hasta los paneles de fibra de cáñamo. Sea como sea, lo fundamental es construir desde el principio los muros utilizando materiales que cumplan los estándares vigentes para tener un confort óptimo en todas las estaciones y, hasta la fecha, pocos son tan eficientes como los ladrillos monomuro del fabricante austriaco Wienerberger.
Esta empresa con más de 200 años de historia, que recientemente ha presentado ISObric, un innovador ladrillo de arcilla relleno de aislamiento de lana de roca, también tiene en su catálogo otros modelos de la gama Porotherm, que permiten levantar muros de carga autoaislantes de forma fácil y rápida.
Variantes
La empresa fundada por el ingeniero Alois Miesbach en 1819 se ha convertido con el paso del tiempo en un gigante de los materiales de la construcción, con especial éxito en Europa central, aunque también opera en Estados Unidos. Su objetivo es «proveer de soluciones innovadoras y ecológicas para toda la envolvente del edificio, en los ámbitos de los edificios nuevos y las reformas, así como de las infraestructuras de gestión del agua y la energía», según su propia página web.
En el caso de Porotherm, la arcilla utilizada en la fabricación de estos ladrillos de 30 o 37 cm de espesor (los modelos R30 y R37) procede del desarenado de depósitos de agua muerta y sólo se utilizan aditivos naturales, como cenizas de carbón, cáscara de arroz o serrín. Sin embargo, sus cualidades más destacadas son su ligereza (pesan un 60% menos que los ladrillos convencionales), su resistencia y su durabilidad a la compresión, fundamental en muros de carga.
Además, los ladrillos Porotherm ofrecen un excelente aislamiento térmico y acústico, así como una baja absorción de agua. Están fabricados con un material de construcción transpirable, por lo que pueden regular la humedad, lo que impide la aparición de goteras, grietas y moho en el interior. ¿Y cómo consiguen todas estas ventajas? En gran parte gracias a sus perforaciones, un sistema alveolar que favorece el aislamiento y permite rellenar cada unidad por dentro y por fuera con lana de roca, lo que aumenta sus prestaciones térmicas.
Su diseño está pensado específicamente para ahorrar tiempo en la construcción, hasta un 30% más rápida que a la hora de realizar muros con bloques de hormigón tradicional. Otro ahorro importante es el de cemento: los obreros pueden utilizar la herramienta dosificadora Dryfix, también proporcionada por Wienerberger, para aplicar una fina capa de mortero entre las filas de ladrillos. El precio final es algo superior al de los convencionales, unos 2.000 o 3.000 euros para la construcción de una casa unifamiliar, según los cálculos de la propia empresa, pero es una inversión que se recupera rápidamente gracias al mejor aislamiento que proporcionan.
ISObric
Los ingenieros de Wienerberger siguen trabajando en mejorar las prestaciones de sus productos, y su última invención es ISOBric, el primer ladrillo de 20 centímetros del mercado que incorpora una capa aislante.
Este nuevo ladrillo de arcilla relleno de aislamiento de lana de roca -material fabricado a partir de la roca volcánica que se utiliza como aislante térmico- «se presenta como una auténtica revolución en la construcción de muros estructurales», según detalla la propia compañía en su página web. Es un material que cumple con todos los retos de la Regulación ambiental 2020 y «los retos constructivos actuales, para una vivienda confortable, saludable, sostenible y económica».
El nuevo ladrillo de arcilla de la compañía adopta un novedoso diseño con tres filas de celdas rellenas de aislamiento de lana de roca hidrófoba eficiente y duradera que ofrece una serie de ventajas. La primera de ellas es que posee un rendimiento térmico sin precedentes de R = 2 m2 K/W, lo que permite un tratamiento óptimo de puentes térmicos en lugares singulares. Incluso garantiza que la vivienda o el edificio tenga garantizado un confort térmico óptimo en todas las estaciones del año.
La compañía también destaca que su última incorporación a la gama Porotherm ofrece una posible ganancia en espacio habitable. Esto es posible gracias a que se ha reducido el espesor del revestimiento interior, de 4 a 6 centímetros, respecto a la mampostería ordinaria. Otra ventaja de este innovador material es su mayor resistencia mecánica, lo que permite construir grandes muros longitudinales que se superponen para distribuir las cargas aplicadas a todo el muro.
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